MARAVILLAS DE CUATRO ACORDESSupongo que se debe al modo como sucedió el
PUNK que me esté conteniendo con el
MOD, pero es difícil no excitarse con conciertos así. Las cosas no se habían movido tan deprisa desde los primeros días del
PUNK y ahora es otra vez exactamente la misma atmósfera. Ese zumbido de excitación en los conciertos, el descubrir nuevos grupos buenos constantemente, el ver como crece toda la movida. Es imposible no sentirse atrapado por la sensación de urgencia.
Y mientras los mods sean conscientes de los grandes errores del
PUNK y de las inevitables malas influencias que se verán atraídas hacia su movimiento, no deberían ser despojados de su optimismo, no importa lo ingenuo que pueda parecer esto al ”
encallecido veterano". Algo bueno resultará de la renovación
MOD; cuánto de bueno aún no lo puede decir nadie, pero dependerá en gran medida de lo que hagan sus participantes.
”¿Lo dices ya?” De lo que estoy parloteando es de que ya ha llegado algo bueno, y justo en su vanguardia están
Los CHORDS, un joven, poderoso cuarteto del Sudeste de
Londres a quienes fue a ver
PAUL WELLER y al instante los fichó como teloneros para el concierto de los
JAM en el
Rainbow del 10 de mayo y que están teloneando a los
Undertones en la recta final de su gira en curso, que parecen estar a punto de firmar un contrato con el sello de
Jimmy Pursey y de publicar un sencillo en verano, cuando el tiempo es bueno y te pones de pie y puedes tocar el cielo. Y, y, y, éste sólo es su undécimo concierto. Así es. Once bolos en seis semanas y ya son famosos. "
Todo está sucediendo demasiado pronto", confiesa el batería
Brett [A]Scott. "
Demasiado rápido, pero todo depende de cómo seas capaz de manejarlo. Yo creo que podemos".
Es el viejo dilema: necesitas tiempo para desarrollarte, pero quieres atención. Yo creo que los
CHORDS tienen bien puestas las cabezas sobre los hombros. Creo que sobrevivirán al
HYPE.
El concierto de esta noche ha sido organizado por el
MODZINE Maximum Speed en el
Cambridge Hotel, un pub de
Edmonton, y trescientos mods han abarrotado la sala, la mayoría de ellos familiares, móviles
faces (y ya cinco veces más que hace cinco semanas).
Los
BACK TO ZERO telonean a los
PURPLE HEARTS y los
CHORDS, que se juegan entre ellos quién encabezará el cartel -así de fácil-, siendo los
CHORDS a quienes les sale la cara de la moneda.
Perdiéndonos a
BACK TO ZERO debido a nuestro incansable intento por atrapar y reunirnos con el tipo engargado de las entrevistas (unido a la situación de bebernos toda la lager posible sobre la marcha), reculamos hacia la sala para el sumamente disfrutable pase de los
PURPLE HEARTS -cada vez lo hacen mejor- mientras escuchamos a los mods haciendo crueles chistes con el peinado de
Billy Idol, que se había materializado al fondo de la sala para
chequear la escena (nene).
Bajo una inmensa
union jack colgada (sin absolutamente ninguna connotación fascista),
Los CHORDS toman el escenario y se enchufan a una rendición al estilo
Goliat del "
Hey Girl" de los
Small Faces, la multitud levantando fácilmente los puños al aire al compás del estribillo y abandonándose a su extraño pogo-twist mutante. Entonces llegan los poderosos acordes del primero de los propios números de la banda, "
Don't Go Back", cuando aparece el desastre y el guitarra solista,
Chris Pope (sin relación), se corta dolorosamente un dedo.
Apretando los dientes -¡menudo guerrero, ¿eh, chavales!?-, sigue al pie del cañón para ofrecer un pase acortado a diez canciones, lo que es más que suficiente para dar una adecuada descripción de su alcance y de su habilidad. Las dos guitarras, el bajo y la batería, ligados juntos, convergen en una música ajustadamente musculosa, de movimientos rápidos y furiosos, aunque conservando un fuerte sentido de la melodía. Como dice
Chris, un lugar de encuentro para el ataque del
PUNK y la sensibilidad del
Pop.
Los parecidos con los primeros
JAM ya han sido ampliamente señalados, y las “
Maravillas de Woking” son el obvio marco de referencia para los recién llegados a
Los CHORDS, pero sus números no son unidimensionales y ya puede apreciarse cómo se desarrolla su música: compara un número primerizo como "
Dream Dolls" con uno más reciente como "
Maybe Tomorrow", por ejemplo, y podrás escuchar cómo está aumentando su comprensión de las estructuras pop, cómo están componiendo mejores canciones constantemente. En un concierto normal, sus propios números se mezclan con un potente repertorio de versiones -"
Knock On Wood”, “
She Said (She Said)”, “
Circles” y “
Hold On I'm Coming"- resueltas confiada y extraordinariamente, supliendo lo que no tienen de destreza con energía y entusiasmo. El diminuto vocalista
Billy H (
Hassett) tiene verdadera buena pinta –cómo él quiere que diga- y ninguno de la banda flojea. Esta noche nos machacan con unos concisos nueve números más un bis. Por supuesto.
A duras penas puedo creerme que, cuando los vi el mes pasado en el
Kings Head de
Deptford, aquel sólo fuera su tercer concierto, pero me aseguran que es cierto. Así que estoy ansioso por conocer su historia. La historia de
Los CHORDS empezó en
St. Thomas The Apostle, una escuela católica de
Peckham, donde los amigos del colegio
Billy (de
Deptford) y el bajista
Martin Mason (de
Bermondsey) se apañaron una guitarra y un bajo, respectivamente, y empezaron a improvisar juntos. En diciembre del 77, formaron un trío mientras practicaban sobre números de los
Stones y los
WHO. Un mes después, se les unió
Chris Pope (de
Catford), trayendo consigo al repertorio de ensayo un montón de versiones de la
Tamla. Ésta es su primera banda con conciertos, excepto para
Brett (de
Orpington) que ya había aporreado los viejos ritmos de la jungla en los punkies sin esperanza
Meat.
Brett se les unió hacia el 15 de enero de este año y, después de un mes de ensayos,
Los CHORDS se materializaron y, como dice el añejo cliché, no han vuelto a mirar atrás, ¿sabes lo que quiero decir, John? Al igual que los
PURPLE HEARTS, se muestran tan precavidos como agradecidos a la renovación mod.
Billy: "
Es una cosa buena, y que todas las bandas sean diferentes es fantástico. Creo que hay sitio para todos nosotros, por ahora".
Martin: "
Mira, el nuevo movimiento mod ha coincidido con nosotros, pero nos ha proporcionado un público".
Chris: "
Al mismo tiempo, sabemos que existe el peligro de que nos arrinconen como "sólo una banda mod", aunque creemos que somos capaces de tocar lo suficientemente bien y de producir sencillos lo bastante buenos como para permanecer cuando el Mod desaparezca. De otra forma, no nos mereceríamos sobrevivir..."
Hay un mogollón de gente de acuerdo, lo que explicaría el porqué las agencias ahora mismo se pelean por la banda. Aun así, pienso que todavía no les ha afectados toda esa atención y aún son unos tipos agradables que intercambian bromas amables durante la conversación (
¿Eh? Ya veremos. Nota del Editor).
Y todavía permanecen firmemente atrapados en trabajos pre-
glamour de estrellas del pop:
Chris (18 años) está preparando sus exámenes de
A-level, el viejo
Brett (20 años) está en
Roedean, perdón, es almacenista en
Bromley,
Billy (19 años) era delineante hasta la semana pasada y a
Martin (19 años) le queda un año para sacarse el título de abogado.
Chris: "
Obviamente, estamos influidos por el PUNK, todavía nos gustan los CLASH a todos, por ejemplo, pero tocamos lo que queremos tocar".
Billy: "
La mayor parte de las bandas mod son [aún muy]
punkis".
Cada vez pululan más mods alrededor de la mesa, aportando sus opiniones, hasta que
Tony Newman, el mánager en funciones, aparece con un casual "
Nos han ofrecido otro concierto. Mañana por la noche en el Rock Garden. ¿Os va bien?".
"
Sí, no me importa", sonríe
Chris. ¿Qué va a hacer con su primer millón?, le pregunto. "Comprarme una parka". ¿Qué otra cosa iba a hacer un chaval sin un duro?