Better In Pink! (Un Adelanto)
I. Mods En Chatham
Chatham, en Kent, es una pequeña ciudad portuaria situada justo en la desembocadura del río Medway en el Mar del Norte. En el Delta, a medio camino entre Londres y Canterbury. Fue allí, hacia 1980, donde tres compañeros de curso en la Rochester Mathematical School decidieron montar una banda de rock, espoleados por las noticias que llegaban acerca del resucitado Mod londinense. Todos en sus dieciséis años de edad, el cantante y guitarrista Graham Day y su amigo de la infancia y bajista Allan Crockford se unieron al batería Johnny Symons en un trío con el que imitar a sus idolatrados The JAM mediante un repertorio de versiones de SOUL y RHYTHM'N'BLUES y algunas, novatas, composiciones de Graham.
Como nombre de la banda escogieron The Prisoners, no en homenaje a la célebre serie de televisión de los sesenta como todo el mundo cree, sino, más modestamente, como el primer sencillo de los VAPORS[1] —los de la exitosa “Turning Japanese”—, paisanos suyos del Medway. La elección de un nombre tan común llevó aparejado algún que otro problema. Allan. «Afrontémoslo, deben haber toneladas de bandas con ese nombre. Puedo recordar haber tenido una movida con otra banda llamada así,[2] justo después de que publicáramos “A Taste Of Pink” en 1982.[3] Creo que por aquel entonces nos ayudó a llevarnos el gato al agua el tener ya un disco en la calle».
Provenientes de la cercana Guildford, los VAPORS eran una banda de POWER POP con buena prensa entre la parroquia modernista, a cuyos conciertos solían acudir frecuentemente los recién bautizados Prisoners y con la que llegaron a entablar relación. En algún momento, nuestro trío incluso les pasó una primeriza maqueta con la esperanza de que llegara a manos de PAUL WELLER gracias a la conexión de aquellos con Bruce Foxton.[4] «Les parecía que sonábamos como los CHORDS», dice Allan, quien todavía posee una copia de esa maqueta inédita y asegura que «absolutamente de ninguna manera, verá la luz del día».
Entre las principales influencias del trío cuando empezaron a tocar juntos, en Johnny es patente la de Keith Moon, mientras que Allan cita a los Beatles, los JAM, los Small Faces, el PUNK en general y los Stranglers en particular. Por su lado, Graham añade a la lista los Led Zeppelin, además de «Hendrix, los KINKS, los WHO, también los Small Faces, los primeros Pink Floyd, Deep Purple... Adoro el GARAGE PUNK de los sesenta y crecí en la era del PUNK inglés de los setenta. En realidad, mis gustos no han cambiado con los años».
Aunque en Inglaterra, durante los primerísimos ochenta, pareciese que, o bien eras mod, o bien eras seguidor de los AC/DC, queda claro que Graham gustaba por igual de ambas tendencias. «Supongo que [ser mod] es una manera de identificarse con una escena. Cuando era un adolescente, yo llevaba una parka y decía que era mod, pero, tan pronto como empecé a hacer música, me di cuenta de que la mejor de la supuesta “música mod” estaba fuertemente influenciada por una amplia variedad de otras músicas. Eso amplió mi perspectiva, y, estando en una banda, la peor cosa del mundo es que te estereotipen, porque eso limita tu atractivo. Siempre he estado metido en música salvaje, energética pero melódica, da igual cuál sea su forma. Y he tocado en demasiados festivales “mod” donde no acabábamos de encajar en el estereotipo mod y, por esa misma razón, padecer una recepción bastante fría. Así que, aunque les deseo buena suerte a todos aquellos que medran en ese tipo de “ambiente de escena”, a mí me parece que puede ser bastante estrecho de miras y obstructivo… Desde luego, [lo digo] en términos musicales».
La relación de los PRISONERS con la secta mod —y con cualquier otra— fue casi siempre difícil. Aunque es indudable que surgieron de entre sus filas, también lo es que desde sus comienzos se mostraron alérgicos a los términos “retro” y “revival” y procuraron desmarcarse de tales etiquetas, no siempre de buenas maneras. Preguntado al respecto, Allan comentaba en una entrevista de 1985. «No recuerdo haber hablado pestes de los mods. Mucha gente es demasiado susceptible a las críticas. Puedo haber acusado a algunos mods de estrechos de miras por quedarse solo con el SOUL o con lo que sea, pero sin mala intención. Honestamente». Y proseguía. «No tenemos ningún prejuicio en contra de ningún tipo de fan de la música en particular. Si les gustamos, mejor que mejor. Una ventaja que los mods parecen tener es su entusiasmo. No se ven tantos FANZINES ni rallies organizados por otros tipos de fan, y yo creo que eso es muy saludable ».
En cualquier caso, el Revival Mod y sus querellas quedaban lejos, allá en Londres. Era mucho más divertida toda esa escena que estaba floreciendo en el Delta del Medway, delante mismo de sus narices, alrededor de la talentosa, beoda, figura de Billy Childish.
Notas:
[1] United Artists, 1979.
[2] Se trata de los nuevaoleros Prisoners de Huddersfield. En la actualidad (2005), han retomado el nombre por ver si cae algo.
[3] Para más detalles sobre los discos de los Prisoners, ver la Discografía.
[4] El bajista de los Jam fue su valedor y el productor de su elepé de debut.
1 comentario:
¡Ánimo con ese libro, que tiene muy buena pinta !.
A mí también me gustan mucho los Prisoners.
En directo lo más cercano que pude ver a ellos fue a los Knave.
Saludos
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