Mods [UK] (4.1.D)
Londres (1979-1980). Mark Casson/Neil voz; Alan Robson guitarra; Dave Boss bajo; Ian Guthrie batería.
“La banda más a punto de la escena; en tiempos, casi sólo tocaban versiones, pero ahora tienen algunos de los mejores originales que se puedan oír. Su punto más alto ha sido teloneando a los Undertones en Cambridge y ahora empiezan a ser cabeza de cartel en muchas salas. Fueron unos de los primeros y ahora, por fin, son una de las mejores bandas”.
El siguiente reportaje apareció en el Pop Star Weekly el 31 de marzo de 1979:
¿Habéis notado, aquellos observadores entre vosotros, el gran número de chicos que aparecen por las calles trajeados de mohair, calzados con hush-puppies y cubiertos con viejas parkas? ¿No lo habéis hecho? Bien, dejadme que os lo explique. ¡Los mods han vuelto! Atentos porque este año seremos testigos de un maremoto de parafernalia sixties provocado por el ultimo proyecto del, en tiempos, portavoz de una generación, Pete Townshend: una versión fílmica de QUADROPHENIA, la historia de un mod emocional-mente perturbado, rodada en las playas de Brighton. Pero el Revival no se acaba ahí. Jóvenes grupos desilusionados con la escena muisical actual han adoptado los hábitos y vestimentas de la Era Beat. Flamantes, jóvenes vestidos sharp, preparados y esperando derrocar a unos ídolos que envejecen. And the beat goes on…
Ron tiene veinte años, un ferviente fanático de la música de los primeros sesenta, es un mod desde finales del verano de 1978, después de un menos que exitoso intento de campaña por un revival de una sola persona hace tres años. Finalmente se rindió después de que un greaser, la versión setentera del rocker cubierto de cuero, lo tirara de la lambretta. Esta vez, sin embargo, las circunstancias son muy diferentes, con nuevos "reclutas" engrosando diariamente las filas del Ejército de Parkas. ¿Pero de qué se trata? ¿Qué es lo que le atrajo del culto en primer lugar? “Bueno, me gusta ir smart, y el rollo mod va sobre todo de vestir smart y parecer sharp. Y también estoy loco por la música sixties, así que todo encajaba realmente bien”.
Terry y Julia tienen ambos diecisiete años. Al igual que Ron, llevan un tiempo considerable en la escena, un factor que les ayudó a conseguir un papel de figurantes en QUADROPHENIA, una experiencia de la cual Terry habla con afecto. “Una noche subimos hasta Southgate Royally y estaban repartiendo folletos con detalles sobre un decorado de discoteca mod que estaban montando para la siguiiente semana. Así que naturalmente fuimos para allá sin tener demasiada idea de lo que nos íbamos a encontrar. Cuando llegamos, había un montón de camiones en el exterior y así nos dimos cuenta de que estaban rodando”, recuerda. “No llevabamos mucho tiempo sentados cuando un tío se vino a nuestra mesa y le preguntó el nombre a Julia. Al final de la tarde anunciaron que había ganado el concurso a la mod mejor vestida”.
El premio era la oportunidad de aparecer en la película. Se pasaron cuatro días rodando, a veces desde las ocho de la mañana a las siete de la noche [¡estamos en Inglaterra!], en un esfuerzo por reproducir la época tan cuidadosamente como fuera posible, algo en lo que ciertamente trabajaron duro. “Me metí en la pista de baile con una botella de Pits Lager en la mano y me dijeron que la quitara de enmedio porque no se bebía eso en aquellos días”, susurra Terry.
Julia continua: “Tenías que esconder los relojes digitales y a los tíos les hacían quitar los pendientes”. Puesto que no existen en la actualidad comercios que satisfagan su particular gusto en moda, les pregunté dónde conseguían las ropas.
Ron: “Para las parkas tiendas de excedentes, para los mohairs subastas y segunda mano. Dónde y cómo puedas echarle mano a la ropa”.
Terry: “Yo tengo un traje de mohair confeccionado en Carnaby Street por 45£, pero también se puede encontrar la ropa adecuada en sitios como el Woolworths”. Julia, en particular, encuentra dificultades para conseguir la ropa adecuada. “Es mucho más difícil para mí. Parece que vendan sólo para chicos en vez de para chicas. Los chicos tienen sus parkas y sus scooters para identificarse, pero para nosotras está mucho menos definido”. No es una extraña coincidencia que una banda de la misma zona llamada The Mods haya estado tocando música sixties durante los últimos ocho meses.
Con un repertorio que incluye clásicos como el “Whatcha Gonna Do About It?” de los Small Faces, “We Gotta Get Out Of This Place” de los Animals y el “Substitute” de los WHO, ellos están firmememte enraizados en la tradición del R&B británico de 1965. Son un cuarteto formados por Alan Robson, guitarra y voz; Dave Ross, bajo y voz; Ian Guthrie (alias Guff), batería; y Mark A’Casson voz, pandereta (cuando consiga reunir algo de dinero) y harmónica (¡cuando aprenda a tocarla!). Visualmente, están en algún lugar entre los Beatles y los Small Faces, con Mark intentando ser el principal foco de atención. Él proyecta la típica imagen de chaval sharp, deslumbrante y ultra—confiado, y en el escenario, mueve sus piernas en perfecta sincronía con el fluido golpeteo suministrado por Ian el batería. El joven vocalista ha sido obviamente inluido por PAUL WELLER de los JAM, ambos comparten la misma imagen ansiosa y una línea similar de credibilidad callejera. Después de hacer de veinte a treinta bolos, la banda se ha encontrado en un limbo de progresos estancados, resultado de los problemas causados por unos muy celosos fans, metidos a presión en pubs y clubs demasiado pequeños para cubrir su considerable populardad. Consecuentememte, las salas muestran una cierta reluctancia en contratarlos. Los chavales se muestran ansiosos por señalar que de ningún modo fomentan la violencia de ningún tipo. Como rápidamente apunta Dave Ross: “Todo lo que queremos es que los chavales pasen un buen rato. ¿Cómo es posible que incitemos a la violencia si cantamos canciones de amor?” Surge la cuestión de la originalidad. ¿La banda ha hecho un esfuerzo consciente y planificado por convertirse en mods, o fue sencillamente un proceso natural?. “En realidad, ya estábamos tocando esta música antes de tener este aspecto”, contribuye Ian. Dave: “No nos sentamos y dijimos “Los mods llevan Hush Puppies, ¿vale?, vamos todos a comprarnos un par”, simplemente fue algo que sucedió”.
Ellos desean, según su propia admisión, un Mmrcado potencial del estilo del Top Of The Pops, esencialmente como grupo de singles, porque sienten que el tipo de música que tocan no cuadra demasiado bien con el formato de álbum. “Todos nos metemos en un grupo para ser grandes, hasta los Pistols lo hicieron. Ese fue el motivo por el que empezaron”, comenta Dave.
Mark: “Para ser perfectamente honesto, eso es lo que estamos diciento. Estamos en esto por la fama y la fortuna, pero también amamos tocar música de orientación sixties. Cuando tocamos para un público es es mayor subidón posible para nosotros”. Puede sonar naive, pero según su mánager Nigel Oliver, ellos disponen de la experiencia sobre el negocio musical esencial para que una joven banda empiece el largo, y en ocasiones extenuante, camino hacia la fama, la fortuna y el éxito. Aunque es su primer trabajo como manager, Oliver ha estado involucrado en la escena musical desde que tenía solo diecisiete años, trabajando para un combo de Merseybeat del que quizá hayáis oído hablar, los Beatles. Más tarde se convirtió en operador de cinta e ingeniero asistente para Apple Records. Si surgiera la posibilidad de grabar un disco, Nigel espera producir él mismo a la banda porque presiente que para capturar su verdadero sonido él dispone de las credenciales apropiadas, a la vista de su considerable conocimiento de la música de los sesenta. La prueba de su total y completa fe en esos chavales reside en el hecho de que recientemente ha desestimado un puesto en el departamento de publicidad de la enorme discográfica WEA para encargarse del papel de manager a tiempo completo.
“Cuando voy a verles, fuera puedo ver los fantasmas de mis colegas en sus scooters haciendo cola para ver a los Small Faces. Es una imagen muy vívida”, se entusiasma Nigel. El grupo ha comprendido que para obtener un verdadero reconocimiento es importante introducir números originales en su repertorio, y en la actualidad están muy ocupados componiendo. El año que viene se probará una época excitante para esto jóvenes, formando parte de un movimineto que empieza y viéndolo crecer desde dentro.
Ron verá como se cumple su sueño de un ejército mod, mientras que Terry y Julia deslumbrarán en su aparición en la gran pantalla. Y en cuanto a los Mods, ¿quién sabe? Quizá aparezcan en el Top Of The Pops.
Ron tiene veinte años, un ferviente fanático de la música de los primeros sesenta, es un mod desde finales del verano de 1978, después de un menos que exitoso intento de campaña por un revival de una sola persona hace tres años. Finalmente se rindió después de que un greaser, la versión setentera del rocker cubierto de cuero, lo tirara de la lambretta. Esta vez, sin embargo, las circunstancias son muy diferentes, con nuevos "reclutas" engrosando diariamente las filas del Ejército de Parkas. ¿Pero de qué se trata? ¿Qué es lo que le atrajo del culto en primer lugar? “Bueno, me gusta ir smart, y el rollo mod va sobre todo de vestir smart y parecer sharp. Y también estoy loco por la música sixties, así que todo encajaba realmente bien”.
Terry y Julia tienen ambos diecisiete años. Al igual que Ron, llevan un tiempo considerable en la escena, un factor que les ayudó a conseguir un papel de figurantes en QUADROPHENIA, una experiencia de la cual Terry habla con afecto. “Una noche subimos hasta Southgate Royally y estaban repartiendo folletos con detalles sobre un decorado de discoteca mod que estaban montando para la siguiiente semana. Así que naturalmente fuimos para allá sin tener demasiada idea de lo que nos íbamos a encontrar. Cuando llegamos, había un montón de camiones en el exterior y así nos dimos cuenta de que estaban rodando”, recuerda. “No llevabamos mucho tiempo sentados cuando un tío se vino a nuestra mesa y le preguntó el nombre a Julia. Al final de la tarde anunciaron que había ganado el concurso a la mod mejor vestida”.
El premio era la oportunidad de aparecer en la película. Se pasaron cuatro días rodando, a veces desde las ocho de la mañana a las siete de la noche [¡estamos en Inglaterra!], en un esfuerzo por reproducir la época tan cuidadosamente como fuera posible, algo en lo que ciertamente trabajaron duro. “Me metí en la pista de baile con una botella de Pits Lager en la mano y me dijeron que la quitara de enmedio porque no se bebía eso en aquellos días”, susurra Terry.
Julia continua: “Tenías que esconder los relojes digitales y a los tíos les hacían quitar los pendientes”. Puesto que no existen en la actualidad comercios que satisfagan su particular gusto en moda, les pregunté dónde conseguían las ropas.
Ron: “Para las parkas tiendas de excedentes, para los mohairs subastas y segunda mano. Dónde y cómo puedas echarle mano a la ropa”.
Terry: “Yo tengo un traje de mohair confeccionado en Carnaby Street por 45£, pero también se puede encontrar la ropa adecuada en sitios como el Woolworths”. Julia, en particular, encuentra dificultades para conseguir la ropa adecuada. “Es mucho más difícil para mí. Parece que vendan sólo para chicos en vez de para chicas. Los chicos tienen sus parkas y sus scooters para identificarse, pero para nosotras está mucho menos definido”. No es una extraña coincidencia que una banda de la misma zona llamada The Mods haya estado tocando música sixties durante los últimos ocho meses.
Con un repertorio que incluye clásicos como el “Whatcha Gonna Do About It?” de los Small Faces, “We Gotta Get Out Of This Place” de los Animals y el “Substitute” de los WHO, ellos están firmememte enraizados en la tradición del R&B británico de 1965. Son un cuarteto formados por Alan Robson, guitarra y voz; Dave Ross, bajo y voz; Ian Guthrie (alias Guff), batería; y Mark A’Casson voz, pandereta (cuando consiga reunir algo de dinero) y harmónica (¡cuando aprenda a tocarla!). Visualmente, están en algún lugar entre los Beatles y los Small Faces, con Mark intentando ser el principal foco de atención. Él proyecta la típica imagen de chaval sharp, deslumbrante y ultra—confiado, y en el escenario, mueve sus piernas en perfecta sincronía con el fluido golpeteo suministrado por Ian el batería. El joven vocalista ha sido obviamente inluido por PAUL WELLER de los JAM, ambos comparten la misma imagen ansiosa y una línea similar de credibilidad callejera. Después de hacer de veinte a treinta bolos, la banda se ha encontrado en un limbo de progresos estancados, resultado de los problemas causados por unos muy celosos fans, metidos a presión en pubs y clubs demasiado pequeños para cubrir su considerable populardad. Consecuentememte, las salas muestran una cierta reluctancia en contratarlos. Los chavales se muestran ansiosos por señalar que de ningún modo fomentan la violencia de ningún tipo. Como rápidamente apunta Dave Ross: “Todo lo que queremos es que los chavales pasen un buen rato. ¿Cómo es posible que incitemos a la violencia si cantamos canciones de amor?” Surge la cuestión de la originalidad. ¿La banda ha hecho un esfuerzo consciente y planificado por convertirse en mods, o fue sencillamente un proceso natural?. “En realidad, ya estábamos tocando esta música antes de tener este aspecto”, contribuye Ian. Dave: “No nos sentamos y dijimos “Los mods llevan Hush Puppies, ¿vale?, vamos todos a comprarnos un par”, simplemente fue algo que sucedió”.
Ellos desean, según su propia admisión, un Mmrcado potencial del estilo del Top Of The Pops, esencialmente como grupo de singles, porque sienten que el tipo de música que tocan no cuadra demasiado bien con el formato de álbum. “Todos nos metemos en un grupo para ser grandes, hasta los Pistols lo hicieron. Ese fue el motivo por el que empezaron”, comenta Dave.
Mark: “Para ser perfectamente honesto, eso es lo que estamos diciento. Estamos en esto por la fama y la fortuna, pero también amamos tocar música de orientación sixties. Cuando tocamos para un público es es mayor subidón posible para nosotros”. Puede sonar naive, pero según su mánager Nigel Oliver, ellos disponen de la experiencia sobre el negocio musical esencial para que una joven banda empiece el largo, y en ocasiones extenuante, camino hacia la fama, la fortuna y el éxito. Aunque es su primer trabajo como manager, Oliver ha estado involucrado en la escena musical desde que tenía solo diecisiete años, trabajando para un combo de Merseybeat del que quizá hayáis oído hablar, los Beatles. Más tarde se convirtió en operador de cinta e ingeniero asistente para Apple Records. Si surgiera la posibilidad de grabar un disco, Nigel espera producir él mismo a la banda porque presiente que para capturar su verdadero sonido él dispone de las credenciales apropiadas, a la vista de su considerable conocimiento de la música de los sesenta. La prueba de su total y completa fe en esos chavales reside en el hecho de que recientemente ha desestimado un puesto en el departamento de publicidad de la enorme discográfica WEA para encargarse del papel de manager a tiempo completo.
“Cuando voy a verles, fuera puedo ver los fantasmas de mis colegas en sus scooters haciendo cola para ver a los Small Faces. Es una imagen muy vívida”, se entusiasma Nigel. El grupo ha comprendido que para obtener un verdadero reconocimiento es importante introducir números originales en su repertorio, y en la actualidad están muy ocupados componiendo. El año que viene se probará una época excitante para esto jóvenes, formando parte de un movimineto que empieza y viéndolo crecer desde dentro.
Ron verá como se cumple su sueño de un ejército mod, mientras que Terry y Julia deslumbrarán en su aparición en la gran pantalla. Y en cuanto a los Mods, ¿quién sabe? Quizá aparezcan en el Top Of The Pops.
Procedentes de una banda de versiones llamada Streeters (1978), los Mods duraron lo que duró el Revival. Al separarse, parte de sus miembros fundaron Catch 22 y The Long Run.
- DISCOGRAFÍA
- Más info en Bored Teenagers.
- Y aquí una entrevista realizada en el Bridge House.